El origen de la verdadera prosperidad.

El altar que provoca la abundancia es pedir menos y pasar con Él más tiempo.

Marco Tello Betancourth

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Aquella noche cuando Salomón estuvo frente a Dios y le toco responder a la pregunta sobre que quería que se le hiciera, él eligió la sabiduría, porque puedo asegurarte de que él sabía que las riquezas, los bienes y la gloria y aún la seguridad de su familia y del reino que precedía, todo vendría acompañado con esa relación, la dependencia de la sabiduría de Dios para gobernar a su pueblo. Al igual que Abram cuando le dijo a Lot que debían separarse y el siendo el Patriarca no eligió la mejor tierra, sino que le dio la oportunidad a Lot que eligiera, porque Abram sabía que a donde el fuera, Dios lo prosperaría y estaría con él. Abram sabía muy bien quien era Dios, lo conocía y tenía una gran confianza y seguridad en Él. Eso es lo fundamental, la fórmula para que lo que esperamos y deseamos en el nivel físico se materialice y además tengamos el resguardado de aquello que obtengamos y recibamos, es sencillamente… “Intimidad = Respaldo”.

Debemos ir tras la intimidad y entonces el respaldo nos seguirá, uno es consecuente al otro, en Deuteronomio dice que si obedeces sus mandamientos las bendiciones te seguirán, no dice que debemos ir tras las bendiciones, sino que ellas nos alcanzarán a nosotros. En la carta de Pablo a la iglesia de Roma nos dice que “TODAS las cosas ayudan a bien…” ¿a quienes? La respuesta es: “…a los que aman a Dios” obviamente queremos que todo lo que hagamos o emprendemos sea un éxito, que cada empresa o proyecto nos vaya bien, es más fácil seguir lo material y espacial porque obviamente es lo que vemos y sentimos, por lo tanto, nuestra visión y nuestras fuerzas las volcamos al esfuerzo de materializar todo lo que deseamos y entonces los esfuerzos incluyen creer en Dios, alabarlo, confesar que Él es nuestro Dios, basado en esperar resultados por hacer todo eso. La verdadera riqueza radica en la relación que tengamos con el Creador, pero no por ser el Creador, deberíamos entonces cambiar el término y decir “Nuestro Padre” ya que esta expresión conlleva relación íntima, conlleva una comunión y acercamiento diario y constante. He reunido algunos versículos para reforzar el concepto que las dos, intimidad y respaldo, van ligadas, una conlleva a la otra, pero en la práctica ¿Cuál eliges tú? ¿Por cuál te vas a esforzar e inclinar? Si eliges el respaldo, no hay problema Dios prometió cubrir todas tus necesidades, no pecas con desear y buscar lo material, pero si pudiera darte un consejo o recomendación te diría que eligieras la intimidad, sin importar, si el respaldo llegara o no.

Los 3 varones hebreos, del libro de Reyes, ante el rey Nabuconodosor, tuvieron la gran confianza en quien era su Dios, (confianza obliga relación, comunión, intimidad) y le dijeron al rey que Dios los podía librar de su mano poderosa, pero que, si no lo hacía, de todos modos, ellos se mantenían fieles a Jehová. Exactamente porque ellos no iban detrás del respaldo y de la salvación, ellos servían y seguían a Dios como su prioridad. Descubramos cual es el camino.

Salmos 91:1 El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente. Obviamente queremos estar bajo la sombra e influencia del Todo poderoso, que su poder y fuerza de deje ver sobre nosotros y todo lo que hacemos. Pero la opción que debiéramos elegir es: habitar, coexistir en su abrigo, eso implica una relación íntima con el Altísimo, estar bajo su amor, bajo su cuidado y ternura. No hay lugar más secreto y más intimo que estar debajo de su abrigo. ¿Tu qué prefieres, la sombra o el abrigo? Romanos 8:28 Y sabemos que todas las cosas ayudan a bien, a los que aman a Dios… Es mejor -“Amar a Dios” que -“todas las cosas me ayuden a bien”, las personas independientes y emprendedoras elegiríamos que todas las cosas que hagamos o emprendamos, nos salgan bien y nos traigan frutos, así lo dice explícitamente el verso, pero hay una condicionante, que mejor dicho de otra manera; no es una condicionante sino una oportunidad, “Amar a Dios”, no debemos buscar la una para provocar la otra, separémoslas y busquemos lo importante y si no vinieran las cosas materiales de todas maneras elijamos amar a Dios sobre todas las cosas. Proverbios 28:25 …más el que confía en Jehová, será prosperado. Confiar en alguien, implica indiscutiblemente haber tenido una comunión anteriormente, poder entregar y depositar nuestro futuro en alguien, es porque realmente sabemos quién es esa persona y porque hemos convivido con esa ella y eso entonces nos provoca confianza. Simplemente dependencia total. Salmos 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Si observamos los versículos anteriormente mencionados, nos damos cuenta que Dios está ofreciendo la prosperidad, efectivamente es larga la lista de versículos y escenarios en los que Dios nos ofrece la abundancia y prosperidad y la seguridad en su esplendor, lo cual, cabe subrayar, no es malo ni pecado, pero mi punto en estas líneas es llevarnos al pensamiento consiente de que no elijamos eso, ni siquiera nuestro corazón debiera de latir al pensar en la expansión de nuestro mundo material, sino que debiera de latir y desear con todas las fuerzas y sobre todas las cosas el deleitarnos en él, en su amor, en su comunión, en ser uno con él, por cuanto todo lo visible e invisible esta en él, el concederá las peticiones que hay en tu corazón y lo que deseamos, anhelamos o hemos soñado. Pero de ninguna manera voy a buscarlo o alabarlo solo para obtener lo físico, lo cual es permisible, pero no es el Non Plus Ultra de esta existencia ni de la venidera, - “…y amaras a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” El Shema así lo declara. Mateo 6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público. Como seres humanos además de paz interna en el lado espiritual, también buscamos en el lado material, bienes y riquezas, pero aunado a eso en el fondo de nuestro ser, buscamos reconocimiento y gloria externa, en un cierto porcentaje para unos mayores, para otros menores, pero en todos nosotros, el reconocimiento y la recompensa es un bien necesario. Dios, en este versículo, nos está explicando el proceso de incubación que se lleva a cabo en lo secreto de lo invisible para su manifestación en lo público. Indistintamente cual sea la oración o lo que pidamos en nuestra invocación, Dios nos esta invitando a una intimidad, una relación bilateral, una comunión privada y única. Nuevamente vemos que lo mas importante, lo invisible, se gesta en la relación y la privacidad no en lo material, físico y externo. Por lo tanto, nuestro esfuerzo y dedicación debe ser diaria y constante, así como lo afirmo el rey David: “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para meditar en su templo.” Salmos 145:18-20 Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen…

Porque no inicia hoy mismo, porque no intensifica esa práctica. Amar a Dios con todas nuestras fuerzas es un ejercicio diario. Cada día nos levantamos con diferente humor y emociones cruzadas, no todos los días siento el mismo impulso amoroso de buscar a Dios. Pero agradecer a Dios por la vida y todo lo que tenemos puede ser un excelente intento de iniciar esa comunicación con Dios para luego conducirnos a una completa comunión y deleite en su presencia, solo dígale ¡Te amo mi Dios!”

Practique todos los días decirle a Dios ¡Te amo!”. De Dios viene el querer como el hacer, pídale a Dios amarlo más cada día, hasta que se vuelva una necesidad, una locura existencial. Dios esta mas cerca de lo que nos imaginamos, solamente hágalo de verdad, la prosperidad seguirá a esta comunión, pero su amor crecerá que llegará al punto de olvidar los beneficios y poner su mente y corazón en lo que es importante.

Solamente practique el ¡Te amo mi Dios!”

Y que seas prosperado en todo, así como prospera tu comunión con Él.

Bendiciones del Creador.