Mas y mejores momentos con Dios.

Debemos de buscar más y mejores momentos con Dios.

Esto descubre nuestro interior y encontramos la superioridad de Dios en nosotros.

Marco Tello Betancourth

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El que busca, el que se mantiene buscando, encuentra.

Cuando intensificamos los días, las horas, los minutos que estamos con Dios y nos esforzamos porque esos momentos sean más íntimos, de mayor confianza y llenos de amor, hace que la luz de El alumbre nuestro interior y encontremos la maldad, la debilidad que hay en nosotros para poder atender y entender, para ser perfeccionados, que vayamos madurando, creciendo. Todo esto nos dejará ver claramente el tamaño y grandeza del Dios en el cual hemos creído y al cual servimos.

Buscar MÁS significa cantidad. La cantidad marca la diferencia.

Salmo 27 en el versículo 8 nos dice que Dios le pide a mi corazón que busque su rostro a lo cual el salmista contesta y afirma que su rostro busca. El nos anhela.

En el huerto Adán tenía la dicha de que Dios bajaba, lo buscaba y lo llamaba por su nombre para tener comunión con El. Ahora El por medio del Espíritu baja y nos llama y nos dice que lo busquemos, que quiere pasar tiempo con nosotros. El profeta Azarías en 2 Crónicas 15 nos afirma que El estará con nosotros mientras nosotros estemos con El. Que si lo buscamos El se dejará encontrar por nosotros.

MEJORES momentos vienen en consecuencia de la cantidad de tiempo que pasamos con Dios, entre mas lo conozco, más confío, entre más lo conozco, más veo sus cualidades, entre mas lo conozco, mas entiendo el amor que tiene por mí, entre mas lo conozco creo más en El. No hay otro camino para conocer a alguien y poderle apreciar, sino comparto tiempo con ese alguien.

¿Pero en que me beneficia intensificar la cantidad y la calidad de mi relación con Dios?

Primeramente, entre más me acerco a la luz, me conozco más, veo mi orgullo, mi maldad, la bajeza que tengo como un ser humano, simple y mortal. Daniel en 2:22 nos dice que El revela lo profundo y lo escondido, El ve lo que está en tinieblas ya que con El mora la luz.

Cuando me presento a El, debe ser en humildad para que El me vea de cerca. Si dejo de acercarme a El, El me ve de lejos.

Si me mantengo viendo mi debilidad encuentro mi fortaleza.

Mi fortaleza esta indiscutiblemente en El. Y como su superioridad ya habita en mi por medio del Espíritu Santo que esta dentro de mi, entonces eso me hace fuerte y poderoso.

Pero eso lo entiendo y lo logro buscándolo y exponiéndome a El constantemente.

Proverbios 28:5b Los que buscan al Señor lo entienden todo.